Existen numerosos estudios que acreditan la eficacia del THC para combatir dolores crónicos, náuseas, vómitos y espasmos en pacientes aquejados de esclerosis múltiple, siendo las flores de cannabis más eficaces que las monosustancias contenidas en un número reducido de medicamentos. Su comercialización, no obstante, está monopolizada y por eso se pagan precios astronómicos por los medicamentos con cannabinoides en las farmacias. Esto tiene que cambiar para que millones de personas con dolores crónicos puedan permitirse esta planta curativa o bien productos elaborados con la misma.

Hay muchas experiencias y también estudios que apuntan a que el CBD (no alucinante) tiene o puede tener aún más efectos medicinales. Es calmante, propiciador del sueño, relajante y analgésico. También se están realizando estudios sobre el posible efecto paliativo e incluso curativo del CBD aplicado en dosis altas en pacientes con cáncer. Estas propiedades del CBD hacen que la sustancia activa sea sumamente atractiva para la industria farmacéutica. No obstante, en lugar de investigar en este campo y enfrentarse a la competencia, la industria farmacéutica y sus lobbies tratan de mantener el CBD y sus productos fuera del libre mercado.

El truco consiste en hacer lobby en el grupo de trabajo de la Comisión Europea y de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para que el CBD y los cannabinoides sean clasificados como nuevos alimentos y los componentes alimenticios y cosméticos se vean sometidos a largos y costosos procedimientos de aprobación. Estas tentativas están a la orden del día. El 12 de marzo de 2019 tiene lugar la próxima sesión del grupo de trabajo. Exigimos que también sean oídas las organizaciones de pacientes y consumidores. Porque quien excluye al CBD del mercado libre, solo favorece a la industria farmacéutica y priva a millones de enfermos de una planta medicinal eficaz.

Muchas gracias por su apoyo.

Peter Kolba, Laab im Walde, localidad de Baja Austria